Leyendas de Puebla: La reja del muerto de San Gregorio Zacapechpan

Leyendas de Puebla: La reja del muerto

Las leyendas de Puebla están aquí por ello les compartimos las recopilaciones de estos relatos que plasman en su libro Leyendas de Puebla los Maestros Salvador Mómox Pérez y Roberto Vélez de la Torre.

La reja del Muerto

El panteón de San Gregorio Zacapechpan fue mudo testigo de profanaciones de sus tumbas. Los causantes de estos hechos rascaban hasta desenterrar las cajas y robaban todo tipo de objetos valiosos. Los objetos externos que adornaban a las tumbas también eran sustraídos por los amantes de lo ajeno.

Los vecinos alarmados por estos hechos acontecidos a finales del siglo XVIII con el fin de resolver el problema acordaron hacer guardias durante varias noches. Los ladrones que eran muy hábiles se ingeniaban para cometer sus fechorías burlando todo tipo de vigilancia por lo que los esfuerzos de los vecinos de San Gregorio fueron inútiles.

Pasaron varios meses sin poder detener a los culpables. Empezaron a circular rumores de que se trataba de espíritus malignos y que estos seguían apoderándose de los objetos materiales, con los que se enterraban a los cadáveres. Lo anterior motivó que desde esa fecha a las personas que morían, sólo se les sepultaba con la ropa que portaban.

Los saqueos no terminaron. Un día los ladrones al no encontrar más se llevaron unas rejas que rodeaban a una tumba de un noble que en vida se distinguió por ser buena persona.

Esto no constituyó una situación extraordinaria sino hasta tres días después en que en una casa de esta misma población se escucharon gritos pidiendo auxilio.

Al acudir varios vecinos descubrieron a dos maleantes que estaban encerrados con las mismas rejas que habían robado y que después de no comer ni beber agua gritaron para que recibieran ayuda. Ante los vecinos confesaron sus fechorías y señalaron que desconocían quien los había atrapado.

A los pocos días en las mismas circunstancias cayeron otros cuatro ladrones mas que de esa manera inexplicable fueron encerrados por las mismas rejas.

Después de varios casos, los vecinos dedujeron que el uso de las rejas era un castigo que imponía el espíritu de aquella alma piadosa dueña de las rejas librándolos para siempre de esta ola de delitos, lo que motivó que a partir de esa fecha esta singular población sea habitada por gente honesta y trabajadora.

Fuente: Libro Leyendas de Puebla
Autores:
Salvador Momox Pérez
Roberto Vélez de la Torre
Edición 2004
páginas 97, 98, 99.

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Nací para comer alitas, beber Bacardí, crear en la Web, jugar videojuegos y además me pagan por eso.

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