Leyendas de Puebla: El cerdo fantástico de Matámoros

Leyendas de Puebla: El cerdo fantástico de Matámoros

Los mitos y leyendas de Puebla están aquí por ello les compartimos las recopilaciones de estos relatos que plasma en su libro Leyendas y Mitos de Puebla el maestro Salvador Mómox Pérez.

El cerdo fantástico de Matamoros

Como una de tantas noches, Andrés, Abel, Marcos y Juan, habían acordado reunirse en el pequeño jardín del centro de su población, por cierto muy cercana a la ciudad de Izúcar de Matamoros,Puebla.

Eran cerca de las 21:30 horas del año 1980, cuando llegó Abel, como siempre disculpándose por llegar tarde. Sus amigos, casi «se lo acabaron con insultos», pues le conocían esa mala costumbre, sin embargo lo soportaban, ya que era de los más alegres del grupo.

No era la primera vez que acudían a uno de los tantos bares que existían en alguna parte de la ciudad, para lo cual utilizaban un viejo automóvil propiedad de Marcos, quien lo prestaba siempre y cuando todos cooperaran para la gasolina.

En punto de las tres de la mañana, después de haber ingerido una buena cantidad de bebidas alcohólicas, optaron por retirarse, pagaron la cuenta y se dirigieron a abordar su vehículo.

Al llegar al lugar donde lo habían dejado estacionado, observaron que se encontraba recostado un enorme cerdo, exactamente en la parte del frente del coche, lo que hacía prácticamente imposible moverlo.

Los cuatro amigos pensaron que uniendo sus fuerzas sería fácil arrastrar al animal hacia un lado, tarea que resultó imposible, por lo que después de un buen rato, optaron por ir a buscar ayuda. Sin demora entraron al bar, convencieron a los meseros que les ayudaran y regresaron al sitio del problema. Al llegar grande fue su sorpresa, pues sólo estaba el coche y el supuesto cerdo se había esfumado.

Después de cierto tiempo, los amigos volvieron a las andadas, regresaron al bar, ingirieron alcohol y al pretender abordar su vehículo, encontraron al enorme cerdo que les obstruía el paso.

Intentaron moverlo, tarea que resultó imposible, nuevamente solicitaron la ayuda de los meseros, éstos a regañadientes aceptaron ayudarles, pues pensaron que era otro engaño y así resultó, otra vez el supuesto cerdo había desaparecido, los cantineros se molestaron tanto que propinaron una soberana tunda a los jóvenes trasnochadores.

Con el paso del tiempo, los amigos olvidaron sus penas anteriores y acordaron visitar otra cantina, creyendo ingenuamente, evadir la presencia de este ser maligno.

Eligieron otro muy distante del primero, convivieron por largas horasy al salir volviero a encontrar al extraño animal quien aparentemente dormía plácidamente.

En esta ocasión sintieron un extraño escalofrío que recorrió sus cuerpos.

Mayor fue su espanto cuando descubrieron que el cerdo sonreía y después reía a carcajadas. Al momento quedaron como petrificados, después corrieron y corrieron hasta llegar a sus casas.

Al día siguiente regresaron a buscar su automóvil pero no lo encontraron, es más, siquiera recordaban el lugar exacto en donde habían estado.

Esta experiencia les sirvió para corregir el camino y olvidar de vivir otras experiencias semejantes.

En la juventud, los seres humanos estamos ávidos de vivir nuestras propias experiencias, sin considerar que en algunos casos como el relatado, puede inclusive costarle a uno la vida, sobre todo cuando nos enfrentamos a situaciones sobrenaturales.

Fuente: Libro Leyendas y Mitos de Puebla
Autor:
Salvador Momox Pérez
Edición 2008
páginas 13, 14, 15.
Foto de Flickr con licencia de atribución Creative Commons del usuario holanestor

lacendi

Nací para comer alitas, beber Bacardí, crear en la Web, jugar videojuegos y además me pagan por eso.

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